Superando el Insomnio.
El insomnio, una lucha común, puede tener diversas raíces, y en este artículo, exploraremos las causas, prestando especial atención a la ansiedad previa al sueño y el impacto del uso excesivo del celular desde una perspectiva cristiana.
1. Inquietudes y cargas diarias: La ansiedad antes de dormir a menudo surge cuando nuestras mentes se ven abrumadas por las preocupaciones cotidianas o se anticipan desafíos futuros. Las responsabilidades sin resolver, decisiones pendientes y expectativas crean un remolino de pensamientos. En estos momentos, recordar el Salmos 4:8, “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”, nos invita a depositar nuestras inquietudes en un poder superior. Al soltar el control y confiar en la providencia divina, encontramos la serenidad necesaria para el descanso.
2. Responsabilidades no resueltas: El peso de las responsabilidades sin resolver a menudo impide encontrar paz en el sueño. La Biblia nos exhorta en 1 Pedro 5:7 “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” La oración y entregar nuestras cargas a Dios antes de dormir pueden ser formas poderosas de liberar el peso que nos impide descansar.
3. Decisión pendiente: La indecisión y la incertidumbre pueden generar un constante diálogo interno que dificulta el sueño reparador. Proverbios 3:5-6 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. nos aconseja confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no depender de nuestra propia comprensión. Al confiar en Dios con nuestras decisiones y descansar en su sabiduría, liberamos nuestra mente de la inquietud y permitimos que el sueño nos renueve.
En nuestra búsqueda de un descanso reparador, recordemos que, como cristianos, contamos con un refugio en las escrituras y en la paz que proviene de una relación con Dios. Al liberar nuestras preocupaciones, confiar en la providencia divina y seguir las prácticas que promueven un sueño saludable, podemos experimentar el descanso que solo puede venir del Señor.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7. Amén.